miércoles, 9 de marzo de 2011

El cardillo

Es una planta que se cultiva en nuestra huerta, pero que está desapareciendo. A pesar de las cualidades que tiene, se está dejando de utilizar en la cocina. En este artículo hablamos sobre esta planta.
 
Su hojas miden aproximadamente 15-20 cm de largo, estrechas y espinosas, forman una roseta que crece pegada al suelo. Son de color verde oscuro. Este cardo es comestible.
 
 
Para comerlas antes hay que quitar las espinas. Para ello cogemos la hoja por la base con una mano y con la otra pasamos el índice y el pulgar por los bordes del nervio, de la base a la punta. Con cierta práctica y decisión no te pinchas. 
 


   
Una vez pelados se pueden consumir de muchas formas:

-Cocidos y rehogados con ajo, de acompañamiento al cocido y potajes.

-Salteados en tortilla, o revuelto.

Los cardillos poseen los mismos compuestos que la mayoría de cardos y especies relacionadas, incluyendo la insulina  -azúcar natural especialmente apto para los diabéticos-, y diversas sustancias medicinales, de virtudes similares a las de los cardos de penca -por ejemplo, como diuréticas, protectoras del hígado, etc.-.

Además de ser un diurético potente, los científicos han observado que el extracto de cardillo dobla, cuadruplica incluso, el volumen de la bilis excretada en media hora. Además, el cardillo atempera el exceso de colesterol. La mayor parte de los principios activos se hallan en la hoja verde, un poco más dura quizás, un poco más amarga también, pero mucho más eficaz.

Autora: Conchi Ruiz Estepa